Chile 

Un nuevo estándar, una nueva forma de enseñar

Patricio Zapata, Gerente de Éxito de Clientes de Graphisoft en Latinoamérica

Con la entrada en vigencia de la nueva Reglamentación Térmica y la Calificación Energética obligatoria para las viviendas, el diseño arquitectónico en Chile comienza a transitar hacia un estándar más exigente y, sobre todo, más consciente del desempeño real de los edificios. Y este cambio abre una pregunta importante para las universidades: ¿cómo formamos a los futuros profesionales para este escenario?

Más que replantear toda la malla, el desafío está en el enfoque. Hoy la arquitectura y la construcción requieren que el diseño considere, desde muy temprano, el comportamiento térmico, la ventilación, la envolvente, la hermeticidad y la eficiencia energética. Y eso no tiene por qué sentirse como una carga: bien integrado, puede incluso enriquecer el proceso creativo.

Las casas de estudio tienen aquí una oportunidad interesante. Pueden incorporar instancias donde el estudiante trabaje con datos reales del proyecto, explore alternativas y vea cómo pequeñas decisiones influyen en el desempeño final, apoyándose en modelos digitales que permitan evaluar estas variables desde las primeras etapas de diseño.

También pueden fomentar el trabajo conjunto entre arquitectura, ingeniería y construcción, algo cada vez más necesario en la práctica profesional y cada vez más accesible gracias a plataformas colaborativas que ya forman parte del ejercicio cotidiano del diseño.

La clave está en enseñar a proyectar entendiendo cómo funciona un edificio, no solo cómo se ve. La nueva normativa apunta justamente a eso: a que las decisiones de diseño estén respaldadas por criterios técnicos y un entendimiento más profundo del comportamiento del espacio.

Herramientas digitales, análisis tempranos y flujos de trabajo integrados, como los que hoy permiten entornos BIM ampliamente utilizados en el mundo académico y profesional, entre ellos Archicad y el nuevo desarrollo de GRAPHISOFT: Aurora, pueden acompañar este proceso, pero lo central es el cambio de mirada: formar profesionales que integren la variable energética y de desempeño como parte natural de su oficio, desde la concepción misma del diseño a la ejecución detallada del proyecto.

El país está actualizando sus estándares, y las universidades pueden ser un motor clave para que esa transición sea fluida, creativa y bien acompañada. Al final, se trata de preparar a los estudiantes para el tipo de arquitectura que Chile ya empezó a construir.

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